martes, 31 de enero de 2012

Conoce las experiencias de otros hombres que como tú tienen pérdidas involuntarias de orina

Cuando se trata de incontinencia urinaria, no hay dos historias exactamente iguales. Por esa razón, resulta muy útil conocer las experiencias de otros hombres. No sólo es interesante la parte práctica o médica de su experiencia, sino también su lado humano.
Es bueno saber que hay muchas personas que llevan una vida perfectamente normal mientras afrontan o superan las pérdidas de orina. No obstante, si alguna historia te sugiere alguna duda que quieras resolver, envíanos un correo electrónico a la siguiente dirección: tena.mx@gmail.com Y recuerda que también puedes contar tu propia experiencia. Quizás puedas ayudar a otros hombres a recuperar el control de sus vidas.
Historia de Esteban
Perdí la seguridad en mí mismo cuando un problema de próstata hizo que tuviera pérdidas de orina. No fue fácil, pero mi médico me orientó correctamente.

Me llamo Esteban. Tengo 52 años y me considero una persona bastante sana y saludable. Hace más o menos un año me diagnosticaron una hiperplasia de próstata, una afección muy común en los hombres, que tiene fácil tratamiento. Mi médico me dijo que era una "operación fácil", así que no me preocupé demasiado.

Tras la operación, todo fue bien por un tiempo. Entonces, un día, mientras volvía a casa en el coche después del trabajo, sentí algo caliente y húmedo entre las piernas. Me asusté y me preocupé pensando que estaba otra vez enfermo.

Pensé en contárselo a Julia, mi esposa, pero decidí que era algo que debía solucionar yo solo. No fue muy buena idea. Empecé a cambiar cuando estaba con mi familia y mis compañeros, desaparecía y me escondía porque me daba vergüenza.
Hasta que un día Julia me dijo que sabía lo que me estaba pasando. Me tranquilizó y me sugirió que volviera al médico. Evidentemente, tenía razón. Me quité un gran peso de encima.

El médico me dijo: "no estás solo". Las pérdidas de orina son muy comunes después de una operación de próstata. Me dijo que los absorbentes para la incontinencia podían ser útiles, pero yo no dejaba de pensar: "¡Voy a tener que llevar pañales!"

El caso es que los buenos absorbentes son seguros e invisibles. Sí, al principio te hacen sentir un poco extraño, pero una vez que encuentras el adecuado te olvidas muy pronto de que los llevas. Y lo mejor de todo es que nunca he tenido que preocuparme por los olores ni por las pérdidas.

Son flexibles, frescos y evitan los escapes (el control de los olores es fundamental), y la sensación de seguridad y control que proporcionan es fantástica. Ya no tengo que disimular, sentirme avergonzado o vivir una mentira. Me siento mucho más relajado en general y, aunque está claro que me gustaría no tener pérdidas, estoy feliz de poder llevar una vida normal.

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