Te recordamos que es muy importante quererse y cuidarse uno mismo, así lograrás querer y cuidar mejor de los demás.
Sugerencias…
Tu salud es lo primero
No hay duda de que un buen cuidador debe estar en forma. Reconoce cuando no te encuentres bien y toma medidas para conservarte en un buen estado de salud. Es fácil descuidar la alimentación cuando se está al cuidado de alguien, el tiempo pasa volando y las comidas se hacen a toda prisa. Intenta no saltarte ninguna comida importante. Tendrás más energía y te sentirás mucho mejor.
Un respiro marca la diferencia
Si la situación te sobrepasa, no te limites a echarte la culpa. Tómate tu tiempo para encajar las nuevas responsabilidades y piensa distintas formas de hacer las cosas. En particular, un respiro de vez en cuando resulta fundamental. Date una palmadita en la espalda por hacer un excelente trabajo y, lo más importante, tómate un descanso de vez en cuando porque te lo mereces.
Un poco de aire fresco
Suena como si fuera algo que dijeran nuestros abuelos, pero no hay nada como respirar un poco de aire fresco (si el tiempo lo permite). Incluso un paseo de 5 minutos dando la vuelta a la manzana puede levantar el ánimo y hacer que veas las cosas de otro modo. Intenta pasar algún tiempo al aire libre durante el día para reforzar el ánimo (y tus niveles de vitamina D). Y recuerda que esto también beneficia a la persona atendida, por lo que si es posible que salga de vez en cuando, motívala a eso.
Mímate
Intenta darte algún capricho cada día. Todas las mañanas, elije un momento del día para darte un poco de mimo (algo que te apetezca mucho). Puede ser saborear esa galleta de chocolate a las tres de la tarde, un vasito de vino al final del día o un buen baño caliente. Sea lo que sea, planéalo, no te lo saltes y disfruta.
Celebra lo que haces
Trabajas tanto que, ¿cuándo tienes tiempo de pensar en todo el bien que haces? La comodidad, los cuidados, el respeto hacia la persona que cuidas... Es muy fácil sumergirse en la rutina y olvidar todo lo demás. Intenta recordar que debes sentirte orgulloso por tu labor; los cuidadores son un colectivo especial y fundamental en el mantenimiento de la estructura social. En ocasiones tú, tu familia y tus amigos deben recordar esto.
Busca asesoramiento de organizaciones profesionales
Es posible que en tu zona encuentres centros de día para adultos u organizaciones de asistencia médica. Si es así, podrás tomarte un respiro durante algunas horas y dejar en buenas manos a la persona que cuides. Otra ventaja es que la persona afectada tendrá la posibilidad de conocer a otros pacientes. Muchas de estas organizaciones ofrecen servicio de transporte, organizan actividades en grupo como excursiones de un día y preparan comidas ligeras. Puede que incluso proporcionen un servicio de comidas a domicilio para las personas que no puedan salir de casa.
Entre otros servicios útiles se incluyen farmacias que entregan gratis los productos a domicilio y algunos colegios, universidades o grupos juveniles que cuentan con iniciativas para estudiantes/miembros. Si estos colectivos pretenden realizar una labor de servicio a la comunidad, puede que recibas su ayuda.
En la mayoría de las zonas, cuidadores profesionales pueden acudir a tu domicilio para llevar a cabo los cuidados. Podrás sacar tiempo para ti o para quedar con tus amigos. Si deseas tomarte un descanso más largo, puedes informarte sobre algún centro que ofrezca estancias cortas.
Conoce a otros cuidadores
Busca un grupo de ayuda cercano para relacionarte con otros cuidadores. Compartir experiencias con personas que se encuentran en la misma situación te dará seguridad y podrás recibir consejos y sugerencias de gran utilidad.
Ayudas sociales
Es posible que tengas derecho a percibir alguna ayuda económica por parte del servicio de salud. Consulta con tu médico de cabecera sobre productos financiados por la Seguridad Social. Si es así, ponte en contacto con tu centro de salud.
Sigue aprendiendo
Estar al día con nuevas ideas, productos y técnicas no sólo te garantiza que sigues eligiendo lo mejor para ti y para la persona que cuidas. También te mantiene en contacto con todo el colectivo de cuidadores. Siempre que podamos, publicaremos información importante en el corcho.
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